En primer lugar quisiera resaltar que todos los cristales sirven para proteger y realzar la energía de un lugar y, por lo general, vamos a elegir cristales en relación a la resonancia que tengamos con éstos cuando se trate de armonizar nuestro propio espacio de trabajo.
Dicho esto, podemos empezar a profundizar en algunos aspectos del conocimiento que hoy tenemos sobre los cristales y su energía, y aprovecharlos para proteger y potenciar la acción de nuestras esencias florales.
Así como sabemos que todas las esencias florales ofrecen beneficios, que todas son “buenas esencias”, también es importante remarcar el hecho de que estas esencias se especializan en determinados aprendizajes, podríamos decir que las flores han aprendido a canalizar energías muy específicas que tienen, a su vez, finalidades muy específicas. Esto mismo ocurre con los cristales, sus colores, sus formas, los elementos químicos que los componen y por lo tanto la frecuencia vibratoria que expresan y expanden, son la resultante de los aprendizajes que estos han realizado a lo largo de toda la historia de su formación que, en muchos casos, coincide con la Génesis y con la historia toda del planeta.
Con lo cual podemos empezar a comprender que cada cristal viene a este mundo a cumplir con tareas muy específicas, empezar a conocer alguna de esas tareas, sin duda, nos permitirá optimizar el uso de estos en función de la protección y potenciación de las esencias florales y cualquier otro remedio vibracional.
En este sentido son los cristales negros, blancos y traslúcidos los más indicados en el uso para la protección y potenciación de las esencias florales.
¿Por qué éstos en particular? Fundamentalmente porque estos minerales expresan toda la gama del espectro luminoso. A diferencia de otros de colores específicos (rosados, rojos, amarillos, violetas, azules, etcétera), que emiten una frecuencia vibratoria mucho más específica, los negros absorben y los blancos y traslúcidos proyectan toda la luz.
Ya sabemos que la energía tiene inteligencia, de alguna manera, cuando incorporamos vibración en nuestro campo, ésta se las arregla para armonizar lo desarmónico y no alterar lo que está armonizado. Esto pasa tanto con las esencias florales como con los cristales.
Pero los cristales vibran y vibran y vibran, permanentemente, su vibración no tiene vencimiento, por lo tanto, si sometemos a las esencias florales a una exposición prolongada de cristales de vibración muy específica, éstos pueden empezar a contagiar el agua que transporta a esas esencias.
Por lo tanto, aquellos cristales que no emiten una frecuencia específica sino que toman todo el rango luminoso, son los más indicados, porque en el caso de interferirse los campos vibratorios, la inteligencia de la energía hará que resuenen en la frecuencia específica de la esencia floral.
Y yendo un poco más en profundidad, los cristales más específicos son: en el caso de los negros, la Turmalina Negra y el Cuarzo Ahumado, y en el caso de los blancos y traslúcidos, el Cuarzo Blanco y el Cuarzo Cristalino o Cristal de Roca.
Si bien existen otros cristales negros y otros cristales blancos, estos también tienen sus particularidades vibratorias y energéticas y no serían los más indicados en la búsqueda de la “neutralidad energética” de las que estamos hablando. Para contar algo más específico podemos decir que la turmalina negra es un mineral, un cristal, que toma la radiación del ambiente, especialmente la energía mental y emocional, la transmuta dentro de su propia red cristalina y la expulsa de sí, devolviéndola al universo.
Por su parte, el gran aprendizaje del cuarzo ahumado, es reparar la radiación. Esto se debe a su propia génesis, ya que en algún momento de su historia, siendo un cuarzo transparente o blanco, sufrió los efectos de altas radiaciones, lo que hizo mutar su estructura molecular, otorgándole ese color negro o amarronado tan característico. Pero con los miles de años de su evolución aprendió a sanar los efectos negativos de esa radiación y a aprovechar ese conocimiento para purgar la bruma electromagnética.
Y por último, el cuarzo blanco o el transparente, es el gran canalizador de luz del universo cristalino de nuestro planeta. Como ya dijimos canaliza todo el espectro luminoso de la luz, la visible y la invisible, por lo tanto, cuando su vibración entra en contacto con la vibración de una esencia floral (o de cualquier otro campo vibratorio), seleccionará, de todas sus posibilidades, la vibración que sea idéntica a la de la flor y funcionará como potenciador.
Asimismo como es un potenciador de todas las cosas, la combinación del cuarzo blanco o cristalino con la turmalina y con el cuarzo ahumado, potenciará la función de éstos, por lo tanto también podemos utilizarlo para mejorar la protección de nuestras esencias.
A su vez, el cuarzo blanco y en especial el Cristal de Roca, es el gran resonador con el cuerpo humano. Por su composición química, por su estructura cristalina y por la forma que sus cristales adoptan es, del mundo inorgánico, el más similar a nosotrxs. Pero, eso es material para otra entrada.
León Meotto.
18/09/2018
Dicho esto, podemos empezar a profundizar en algunos aspectos del conocimiento que hoy tenemos sobre los cristales y su energía, y aprovecharlos para proteger y potenciar la acción de nuestras esencias florales.
Así como sabemos que todas las esencias florales ofrecen beneficios, que todas son “buenas esencias”, también es importante remarcar el hecho de que estas esencias se especializan en determinados aprendizajes, podríamos decir que las flores han aprendido a canalizar energías muy específicas que tienen, a su vez, finalidades muy específicas. Esto mismo ocurre con los cristales, sus colores, sus formas, los elementos químicos que los componen y por lo tanto la frecuencia vibratoria que expresan y expanden, son la resultante de los aprendizajes que estos han realizado a lo largo de toda la historia de su formación que, en muchos casos, coincide con la Génesis y con la historia toda del planeta.
Con lo cual podemos empezar a comprender que cada cristal viene a este mundo a cumplir con tareas muy específicas, empezar a conocer alguna de esas tareas, sin duda, nos permitirá optimizar el uso de estos en función de la protección y potenciación de las esencias florales y cualquier otro remedio vibracional.
En este sentido son los cristales negros, blancos y traslúcidos los más indicados en el uso para la protección y potenciación de las esencias florales.
¿Por qué éstos en particular? Fundamentalmente porque estos minerales expresan toda la gama del espectro luminoso. A diferencia de otros de colores específicos (rosados, rojos, amarillos, violetas, azules, etcétera), que emiten una frecuencia vibratoria mucho más específica, los negros absorben y los blancos y traslúcidos proyectan toda la luz.
Ya sabemos que la energía tiene inteligencia, de alguna manera, cuando incorporamos vibración en nuestro campo, ésta se las arregla para armonizar lo desarmónico y no alterar lo que está armonizado. Esto pasa tanto con las esencias florales como con los cristales.
Pero los cristales vibran y vibran y vibran, permanentemente, su vibración no tiene vencimiento, por lo tanto, si sometemos a las esencias florales a una exposición prolongada de cristales de vibración muy específica, éstos pueden empezar a contagiar el agua que transporta a esas esencias.
Por lo tanto, aquellos cristales que no emiten una frecuencia específica sino que toman todo el rango luminoso, son los más indicados, porque en el caso de interferirse los campos vibratorios, la inteligencia de la energía hará que resuenen en la frecuencia específica de la esencia floral.
Y yendo un poco más en profundidad, los cristales más específicos son: en el caso de los negros, la Turmalina Negra y el Cuarzo Ahumado, y en el caso de los blancos y traslúcidos, el Cuarzo Blanco y el Cuarzo Cristalino o Cristal de Roca.
Si bien existen otros cristales negros y otros cristales blancos, estos también tienen sus particularidades vibratorias y energéticas y no serían los más indicados en la búsqueda de la “neutralidad energética” de las que estamos hablando. Para contar algo más específico podemos decir que la turmalina negra es un mineral, un cristal, que toma la radiación del ambiente, especialmente la energía mental y emocional, la transmuta dentro de su propia red cristalina y la expulsa de sí, devolviéndola al universo.
Por su parte, el gran aprendizaje del cuarzo ahumado, es reparar la radiación. Esto se debe a su propia génesis, ya que en algún momento de su historia, siendo un cuarzo transparente o blanco, sufrió los efectos de altas radiaciones, lo que hizo mutar su estructura molecular, otorgándole ese color negro o amarronado tan característico. Pero con los miles de años de su evolución aprendió a sanar los efectos negativos de esa radiación y a aprovechar ese conocimiento para purgar la bruma electromagnética.
Y por último, el cuarzo blanco o el transparente, es el gran canalizador de luz del universo cristalino de nuestro planeta. Como ya dijimos canaliza todo el espectro luminoso de la luz, la visible y la invisible, por lo tanto, cuando su vibración entra en contacto con la vibración de una esencia floral (o de cualquier otro campo vibratorio), seleccionará, de todas sus posibilidades, la vibración que sea idéntica a la de la flor y funcionará como potenciador.
Asimismo como es un potenciador de todas las cosas, la combinación del cuarzo blanco o cristalino con la turmalina y con el cuarzo ahumado, potenciará la función de éstos, por lo tanto también podemos utilizarlo para mejorar la protección de nuestras esencias.
A su vez, el cuarzo blanco y en especial el Cristal de Roca, es el gran resonador con el cuerpo humano. Por su composición química, por su estructura cristalina y por la forma que sus cristales adoptan es, del mundo inorgánico, el más similar a nosotrxs. Pero, eso es material para otra entrada.
León Meotto.
18/09/2018
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